Ángel Miguel
Encarnación era un joven que transitaba con una magnífica proyección para el
béisbol, pero esta y su propia vida quedaron sepultadas en un quirófano
mientras era intervenido de adenoide y amigdalitis en la clínica
Alcántara-González, de la avenida José Ortega y Gasset, sector La Fe, de Santo
Domingo.
El pasado 31 de julio
se convirtió en el día de mayor angustia y tristeza para la pareja que integran
Miguel Rosario Encarnación y Rosmery Vásquez Polanco, así como para sus
hermanos y demás familiares, tras el
deceso del joven promesa, quien apenas contaba con 14 años.
“Nunca despertó de la
cirugía e incluso sangraba por la nariz” expresó con pesar Rosmery en medio del
dolor que le embarga por la pérdida del segundo de sus tres hijos y quien junto
a su esposo a casi 50 días del deceso de su vástago no han recibido las causas
reales del fallecimiento del prospecto, quien al momento de su muerte
pertenecía al programa de béisbol del exlanzador José Veras.
Tanto Rosmery como
Miguel Rosario, los padres del fenecido prometedor jardinero, expresan que tras
la muerte les informaron que en un plazo de 21 días les serían entregados los
resultados que emite el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), a
través de Patología, pero aún no han recibido ninguna respuesta. “En más de
tres ocasiones nos hemos comunicado con el INACIF pidiendo los resultados y
cada vez que lo hacemos nos informan que todavía el expediente no está
concluido”, sostuvo Rosario sobre la situación actual que para ambos es una
especie de misterio, tal como ocurrió con la cirugía.
¿Pero ocurrió en el
proceso quirúrgico?. Según narran los propios padres, ambos habían preparado el
proceso de ambas cirugías debido a que el joven, ya en un proceso más
demandante en el béisbol, sentía agotamiento debido a los problemas que
padecía.
Asistieron a la clínica
Alcántara- González y su caso fue colocado en manos de la doctora Paula Cavallo
de Checo, especialista en Otorrino. Realizaron con efectividad todos los
estudios que le habían requerido para realizar la intervención quirúrgica.
Llegó el día, el 31 de
julio, fecha en que parecía era la de ponerle fin al impasse, pero quedará
marcado como el de mayor angustia por el resto de sus días para todos sus
familiares..
NARRACIÓN
DE SU MADRE ROSMERY
Según narra Rosmery, la
cirugía duró unas dos horas, la doctora Cavallo salió de la sala y la hoy
devastada madre al entrar a la habitación pregunta a la anestesióloga sobre el
proceso y esta le dijo que todo había salido bien.
Empero, ya en el
interior de la habitación, unos 45 minutos después de concluida la operación,
observa que su hijo nunca abrió los ojos y que brotaba sangre por la nariz,
tampoco le detectó con vida ninguno de los órganos vitales, hechos que la
alarmaron y fue ingresado a cirugía nuevamente y 45 minutos después estaba muerto.
“Nunca lo vi que
reaccionó, para mí estaba muerto desde el mismo momento en que ingresé a la
sala, me decía que estaba durmiendo, pero mi hijo no lo hacía de esa forma”,
señala Rosmery compungida.
Fuente, ListinD.
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