El gobierno de la
República Dominicana ha cambiado las reglas de juego de nuestra sociedad; ha
radicalizado su persecución contra los periodistas disidentes de la línea
oficial, y los están acosando, persiguiendolos, espiándolos, e intentando hacer
que pierdan sus trabajos y el sustento de sus familias.
Ya había sucedido con
Altagracia Salazar, Edith Febles y Ricardo Nieves, quienes fueron mandados a
sacar de los espacios en los que ejercían el periodismo por sus fuertes críticas
contra el oficialismo. Recientemente, hemos visto como el Procurador General de
la República, Jean Alain Rodríguez Sánchez, intentó presionar a Alicia
Ortega para que se retracte de un
comentario que esta emitió.
Pero la persecución más
acérrima que ha emprendido el Estado Dominicano contra un periodista ha sido
dirigida hacia Marino Zapete; profesional de larga trayectoria, sin tachas, y
que goza de gran respeto por parte de la sociedad.
A pesar de la
impotencia que genera el uso del dinero del pueblo para la persecución política
de periodistas, a nadie sorprende este comportamiento de parte del procurador.
Jean Alain es reincidente en esta práctica, y todos los que nos expresamos de
alguna manera contra el gobierno sabemos que en cualquier momento podemos ser
víctimas de acoso.
En una de sus últimas
denuncias, Marino Zapete sacó a la luz una serie de contratos otorgados grado a
grado, violando todas las leyes de compras y contrataciones, en los que firman
Gonzalo Castillo y Maybeth Rodríguez Sánchez, hermana del procurador. A raíz de
esto, se encrudeció la persecución contra Zapete, quien fue sacado de Tele
Radio América, y cuyos patrones de otro empleo fueron contactados para que
desahuciaran al mencionado periodista.
En el desarrollo de
esta historia apareció un nuevo actor que ha sorprendido a una buena parte de
la población; el abogado José Martínez Hoepelman. El señor Hoepelman fue
contratado como abogado de Maybeth, la hermana del procurador, en una demanda
civil colocada contra Zapete por difamación, en la que exigen seis meses de
cárcel y el pago de cinco millones de pesos.
En otras
circunstancias, no sería correcto emitir juicios contra el señor Hoepelman por
la calidad de sus defendidos de la misma manera en como no emitimos juicios
contra un doctor por curar a un herido, así sea un ladrón o un asesino . Pero
este abogado aspira a ser Defensor del Pueblo, lo que hace de nuestro interés
su accionar privado, para saber del lado del pueblo, o si es nuestro enemigo.
Ante el panorama
político actual, esperaríamos que un aspirante a la Defensoría del Pueblo se
coloque del lado de la prensa libre, la que nos comunica la realidad de lo que
acontece en nuestro país. Hoepelman, por ejemplo, pudo demostrarnos que merece
ser defensor del pueblo defendiendo de manera gratuita a Marino Zapete del
procurador, a sabiendas de que los pequeños necesitamos ayuda para defendernos
del estado. Si no quería o no podía defenderlo, pudo utilizar la fama que ha
ganado para denunciar el abuso cometido. Pudo también quedarse callado, si
estaba del lado del gobierno, pero, ¿qué es lo que ha hecho Hoepelman ante este
caso? Veamos.
Lo primero que hizo fue
convocar a una rueda de prensa, donde dijo que Marino Zapete había difamado de
manera intencional a Maybeth Rodríguez. Luego de esto dijo que la acción de
denuncia de Zapete fue un acto de violencia de género, implicando que Marino
quería hacerle daño a Maybeth por ser mujer, y no porque fue parte de un
esquema violatorio de la ley para la asignación de contratos a particulares.
Cerró afirmando que Marino había abusado de su posición como periodista, dañado
la honra de Maybeth, y que por esto debía responder ante la ley.
Esta rueda de prensa
fue chocante para quienes recordamos al señor Hoepelman por su participación
del caso caso de Emily Peguero. De manera personal, me pareció entonces un
joven profesional bien preparado y que llevaba la cualidad de velar por los
intereses de las personas menos privilegiadas. A muchos se nos cayó un santo, y
la verdad es que no entendemos por qué el señor Hoepelman se está prestando
para que el estado aplaste a un periodista de la manera en como lo están
haciendo con Marino.
Nos resulta irónico
también que mientras el señor Hoepelman acusó a Marino de incurrir en violencia
de género contra Maybeth, pesó en su contra una denuncia interpuesta por dos
mujeres por alegadas amenazas que recibieron de parte del joven abogado. Si
bien no sabemos la naturaleza de estas amenazas, nos resulta cómico que luego
de que incluso tuvo que entregar su arma de fuego por estos fines, acuse a
Marino Zapete de incurrir en violencia de género por denuncia un hecho donde
claramente se violó la ley.
Queremos recordarle al
señor Hoepelman que aquellos que prestan sus talentos para que sean usados como
armas por parte de los opresores, es también un opresor, y que no merece bajo
ninguna circunstancia ser el titular de la Defensoría del Pueblo. Que está
siendo un instrumento del gobierno para perseguir los periodistas honestos que
denuncian la corrupción, y con ello,está siendo parte de la perpetuación de la
impunidad. El señor Hoepelman eligió el bando equivocado, el de los abusadores,
y nosotros en la sociedad se la tenemos anotada. Hoepelman ha sido uno más de
los que nos hacen creer que están de nuestro lado, mientras nos usa para
perseguir sus objetivos particulares, políticos o económicos.
Por último, nosotros
como sociedad debemos tener presente quiénes son los lobos que se visten de
ovejas, para que cuando en el futuro quieran reinventarse y hacernos creer como
que son buenos, saquemos nuestra libreta y les digamos: sabemos que fuiste un
títere del procurador y te prestaste a arremeter contra Zapete y el periodismo
libre; eres un enemigo de la sociedad.
Ojalá el señor
Hoepelman cambie sus asesores, si es que los tiene, porque acaba de cometer un
suicidio político y moral. Cuando el PLD salga del poder, ellos se quedarán con
el dinero que han malconseguido, mientras usted se inmoló moralmente de por
vida por los chelitos que le dieron para este caso. Usted perdió más de lo que
ganó. Lo único que podemos decirle es que estamos con Zapete, y que lo
apoyaremos. Nos vemos el 11 de diciembre en el juicio, señor Hoepelman.
Fuente, SP
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