Llegó el momento de la
verdad. Ya tienes tu título
universitario que te avala como profesional al igual que muchos otros que, como
tu, terminan esta etapa en distintas carreras, algunas con mejores
oportunidades que otras. Y aunque quizás ya has podido trabajar mientras
realizabas tus estudios, para la mayoría este es un momento de inserción
laboral y de exploración de nuevas oportunidades y experiencias personales,
educativas o de emprendimiento.
El objetivo de muchos
estudiantes universitarios es obtener el título. Sin embargo, este es sólo uno
de los elementos necesarios para avanzar y no garantiza nada. Hay muchos otros
con el mismo título, con un curriculum vitae similar o mejor al tuyo. El
verdadero reto consistirá en demostrar que tienes las competencias para
desempeñar diversas funciones, la disposición y la actitud necesarias para
iniciar y llevar a cabo las tareas que se requieran, enfocándolas como desafíos
y no como actividades a realizar por salir del paso. En el mundo actual no te
puedes dar el lujo de ser mediocre.
El título universitario
tampoco necesariamente implica que vas a poder exigir o ganar un sueldo
elevado. No dejes de aprovechar oportunidades laborales por el sueldo. En esta
etapa el dinero no debe ser el motor de las decisiones. En estos primeros años
como profesional lo que importa es la experiencia, la trayectoria que vas
construyendo, el nombre que vas haciendo con esfuerzo, dedicación, pasión y
entrega. Si lo que haces, lo haces bien, verás los frutos, pero no
inmediatamente.
Una opción que tienes
es continuar tu formación académica realizando una especialidad o maestría,
profundizando en un área de interés ya sea de manera presencial o virtual, en
el país o en el exterior. Puedes aplicar a programas de becas nacionales o
internacionales si cumples con los requisitos. En todo caso, lo recomendable es
tener experiencia laboral previo a un programa de posgrado y estar lo más claro
posible en cuanto a tu pasión, tus intereses y habilidades.
Puede ser que ya tengas
un plan y una ruta trazada con los pasos a dar. En otros casos te sientes un
poco perdido o confundido y no estás definido. Quizás no sepas qué hacer o lo
que quieres realmente. Y no importa, no te desesperes, pues es parte de tu
proceso de crecimiento, aprendizaje y desarrollo. Un proceso que no termina
nunca. Lo importante es que explores y vivas experiencias diversas con apertura
para que puedas definir tus sueños, tu visión y realizar tu plan de acción.
El tener claro lo que
quieres ser, donde te ves y donde quieres llegar te facilitará el tomar buenas
decisiones. Saber lo que no quieres, también es fundamental, aunque a veces es
necesario hacerlo para darte cuenta y alcanzar la meta propuesta. No siempre
podemos hacer lo que queremos de la forma que deseamos desde el principio.
Tener la capacidad de adaptarte a los cambios, sin perder de vista hacia donde
vas, será necesario.
Cada vez hay más
opciones de nuevas carreras, trabajos o proyectos, pero puede ser que se te
haga difícil conseguir un empleo estable o emprender un negocio propio, sobre
todo si no tienes experiencia previa. A veces el ver a otros y creer o percibir
que son exitosos nos lleva a presionarnos y competir sin darnos cuenta que cada
uno tendrá su propio ritmo, ni mejor ni peor que el de los demás. El éxito lo
define cada uno de acuerdo a sus valores, metas y logros.
Es importante que tus
expectativas sean realistas y que estés dispuesto a comenzar de cero, a
sacrificar ciertas cosas, a enfrentar obstáculos, cometer errores, persistir, e
incluso, cambiar de rumbo cuando sea necesario. Esa es la buena noticia:
siempre se puede comenzar de nuevo.
Contar con el apoyo de los que te rodean o de un buen mentor será de
gran beneficio para lograrlo.
Asumir las nuevas
responsabilidades como profesional será toda una aventura. No dejes de
disfrutar el inicio y el trayecto. No dejes de aprender nunca. No dejes de
aportar a una mejor sociedad a través de tus acciones y aportes.
Fuente, Acento
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